Se van las fiestas diesocheras de este año, aunque nos queda el fin de semana ya se esta volviendo a la realidad de este largo feriado. Se nos fue también Ricarte Soto, dejando una estela de afecto de toda la gente que lo admiraba, no solo por su trabajo, sino que porque era un luchador que le hizo la guerra al cáncer y siempre estaba dando signos de su gusto por la vida, también fue capaz de mirar a su alrededor y preocuparse de otros enfermos, de los que no pueden comprar sus remedios para luchar contra enfermedades crónicas, con esta idea levanto una polvareda que al parecer va a dar frutos, según lo que dijo el Ministro de Salud, ojala.
Se guardan las parrilla, se cambia el ritmo cuequero por alguno menos folclórico, se ordenan las ciudades, se reponen los borrachines y comilones, se sacan las cuentas en las fondas, carabineros da el informe de las muertes asociadas a las fiestas.
A pesar de todo lo que es lamentable, en el recuento de este año creo que tiene muchos aspectos positivos y la mayoría seguramente lo paso bien, comiendo, bailando y en otras actividades. Nuestro país celebra como pocos estas fiestas, creo que la abundancia de comida es de no creer, se come demasiado y se bebe como si fuese la última vez. Tal vez seria bueno que fuéramos siendo un poco más controlados, y nos educáramos más en la forma de mantenernos saludables.
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