Como todos los años, el segundo Sábado de Marzo corresponde el cambio de hora para poder optimizar los consumos eléctricos y aprovechar mejor la luz del día. Me he percatado de las diferentes opiniones que esto genera, pero más que detractores yo pienso que hay un poco de nostalgia y temor en todos los que tenemos sangre caliente, al percibir que lentamente nos encaminamos al frió y oscuro invierno. A medida que los años pasan, este miedo innato, que debe alojarse en nuestro hipotálamo,se acrecienta. Ni la mejor calefacción, ni una seguridad absoluta en que tendremos un buen aprovisionamiento durante los meses fríos,logran eliminar ese instante de ansiedad que sentimos cuando dan las doce de la noche y cambiamos la hora.
Personalmente no me puedo quejar ya que ese momento lo viví este año acompañada de gente muy agradable, celebrando el año que sumaba un amigo parcelero, y degustando una deliciosa paella muy bien elaborada.
Bueno ahora caminaremos en los días que se avecinan observando como se nos va la luz del día, a horas cada vez más tempranas. Buen momento para escribir.
Personalmente no me puedo quejar ya que ese momento lo viví este año acompañada de gente muy agradable, celebrando el año que sumaba un amigo parcelero, y degustando una deliciosa paella muy bien elaborada.
Bueno ahora caminaremos en los días que se avecinan observando como se nos va la luz del día, a horas cada vez más tempranas. Buen momento para escribir.