Recordando" los momentos"

Muchos de nosotros es seguro que hemos cantado esta canción más de una vez en una fogata veraniega , en la playa, o a la orilla de un río, mientras transcurrían las vacaciones ,o un fin de semana. Bastaba solamente que llegara alguien con una guitarra y se comenzaba a recorrer las canciones que todos podíamos cantar, y siempre aparecía la canción de Eduardo Gatti.

trabajos en las parcelas

Uno de los grandes problemas para los dueños de parcelas, es sin duda el tener alguien que cuide el lugar, y que además sea capaz de mantener lo que ya se tiene. Una parcela pequeña, con una producción para el consumo interno, requiere de alguien que riegue frecuentemente en el periodo más seco; además hay que cortar el pasto y sacar las malezas, estas actividades son básicas e inevitables si es que se quiere tener algo, por mínimo que sea, que produzca el terruño de nuestros amores, ya sean hortalizas, frutales, un lindo jardín o todas las anteriores.
Las formas más comunes de encargar un trabajo en el campo, son hacer un trato por un trabajo específico con un valor que queda estipulado de antemano, también se puede hacer un trato con un valor diario, para esto es necesario conocer un poco de como es el rendimiento de los trabajadores en lo que se esta encargando. Todos estos trabajos son puntuales , en el caso de contar con un lugar más grande, es necesario de tener alguien en forma permanente con un contrato de empleado particular. Como en nuestro país es común que se produzcan robos a las parcelas desocupadas muchas veces es necesario tener a alguien en la noche.
Todos estos problemas son muy comunes en las personas que llegan felices a instalarse en la parcelita que se ha comprado con tanta ilusión, descubriendo que además hay una responsabilidad que asumir de por vida, como cuando se tiene un hijo.
Conociendo un poco el sistema me he dado cuenta de varias cosas, como por ejemplo que no es bueno hacer adelantos de dinero en trabajos que hayan sido tratados, ya que invariablemente se pierde el interés, y peor aún, aveces también se pierde al trabajador.
Muchas veces no queda otra cosa que tener paciencia, y reconocer que los que nos hemos criado en la ciudad, estamos condenados a pedir ayuda en trabajos que dificilmente podríamos realizar solos.